Combatir el cambio climático es uno de los mayores retos del siglo XXI, pues los científicos están de acuerdo en que limitar las emisiones de CO2 es esencial para reducir el incremento de la temperatura en el planeta. Principalmente, el cambio climático se está produciendo debido al calentamiento global provocado por la quema de combustibles fósiles y existe un consenso en que el cambio de modelo económico es fundamental para reducir este crecimiento insostenible. Como se puede observar en la Ilustración 1, el aumento de la tasa de crecimiento de la temperatura casi se ha duplicado en los últimos 50 años, y la tendencia no parece moderarse. Gobiernos, empresas, colectivos e individuos tienen que poner de su parte para controlar la deriva a la que nos podría conducir el cambio climático.
Dentro de las finanzas, existe un producto financiero llamado Bono Verde, que está facilitando que los emisores e inversores puedan contribuir a la lucha contra el cambio climático.
Un Bono Verde tiene el mismo funcionamiento que un bono1; un gobierno o una empresa, el emisor, se endeuda con la promesa de pagarle al inversor la cantidad que le ha prestado con unos intereses en unas fechas preestablecidas. De esta forma, el inversor puede poner de su parte invirtiendo de manera “verde” y el emisor recibirá la financiación que necesita para poner en marcha sus proyectos respetuosos con el medio ambiente.
El importe movilizado con los Bonos Verdes, en lugar de ser invertido en cualquier actividad generadora de ingresos, se canaliza, en todo o en parte, hacia negocios o proyectos alineados con el cambio de modelo económico al que nos hemos referido anteriormente.
Una empresa puede utilizar la emisión de un Bono Verde para financiar la construcción de una planta solar fotovoltaica de última tecnología, parte de una nueva inversión en un parque eólico o la adaptación de un proyecto climático que tiene en marcha. Para que el proyecto sea calificado como verde debe de estar alineado con los cuatro componentes de los Green Bond Principles.
Por ejemplo, Repsol emitió Bonos Verdes por valor de 500 millones de euros en mayo de 2017 y con esta emisión pretende reducir sus emisiones en 1,2 toneladas de CO2 al año; un 55% de esta emisión va destinada a proyectos en marcha y el resto para nuevos proyectos. Es fundamental identificar cuáles son sus proyectos o activos físicos elegibles como verdes. No importa lo verde que sea la entidad, la importancia reside en estos proyectos o activos.
Para emitir Bonos Verdes es necesario englobar el Proyecto en una de las siguientes ocho categorías3: energía, edificaciones, transporte, gestión de aguas, control de la polución y gestión de residuos, activos basados en la naturaleza como uso de la tierra, agricultura o forestación, industria y energía comercial y tecnología de la información y de las comunicaciones. Por ejemplo, la fisión nuclear (fuente de energía que utilizan las centrales nucleares actuales), según algunas fuentes, se puede englobar como una energía limpia4 pero no como verde debido a que aunque esté recogido dentro de la categoría de la energía no cumple con las definiciones de verde.
Para que este sistema de calificación verde funcione bien es fundamental que los emisores reciban una opinión anual por una institución especializada en el sector medioambiental, según viene recocido en los Green Bond Principles. En el siguiente enlace podemos observar la página web de Iberdrola, en la que aparece la opinión de una parte independiente, en este caso Vigeo, que es una agencia de calificación e investigación.
El mercado de Bonos Verdes ha estado creciendo rápidamente, como se puede observar en la Ilustración 4, ya que inversores de todo el mundo buscan invertir su dinero de manera responsable en finanzas verdes. Del mismo modo, las empresas están viendo sus beneficios crecer debido a que este producto ofrece una manera de financiar proyectos que, de otra manera, tendrían dificultad de ser financiados.
Europa repite como el continente que más Bonos Verdes emitió en 2018 y Estados Unidos como el país que más Bonos Verdes emitió en 2018, aunque por poco tiempo, ya que China le sigue muy de cerca y parece que Estados Unidos ha frenado demasiado su emisión de bonos de esta naturaleza (ha emitido un 20% menos en 2018 en comparación con 2017). Estados Unidos emitió en 2018 el 20% del total de las emisiones, 34 mil millones de dólares, China emitió el 18%, 31 mil millones de dólares, lo que supone un incremento del 38%, y Francia se situó en tercera posición con el 8% de las emisiones, 14 mil millones de dólares y un descenso del 36%. Para encontrar a España nos tenemos que ir hasta la novena posición, con una emisión de 5,8 mil millones de dólares, un 4% más que en 2017.
Los Bonos Verdes suponen una solución financiera para los costes de inversión y mantenimiento para los proyectos verdes que tienen como objetivo reducir las emisiones de carbono. Existen proyectos, por ejemplo en el sector de la forestación, que no tienen como objetivo reducir las emisiones de Bonos Verdes, pero sí la conservación de la naturaleza y mantenimiento de infraestructuras que ayuden a prevenir los efectos adversos que el cambio climático provoca o puede provocar.
Inversores y clientes se pueden beneficiar de este producto financiero ya que no solo contribuyen a la lucha contra el efecto invernadero, se pueden beneficiar de excelentes rendimientos, de compromiso con la sociedad5 y de mejoras en las infraestructuras locales6.
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1 Para más información puede consultar el apartado de Renta Fija de nuestro portal web: http://www.edufinet.com/inicio/renta-fija.
2 Ejemplo de un bono a 5 años: con valor nominal de 1.000€, vencimiento a 5 años y un cupón, liquidable anualmente, del 5%; al final de cada año, mientras esté vigente el título, el inversor recibirá un rendimiento (cupón) de 50 euros anuales. El último año recibirá el cupón (50€) más el valor nominal (1.000€).
3 The Green Bond Principles no da un criterio global sobre lo que es verde pero sí uno dependiendo de la categoría en el que se englobe el Proyecto. Estas ocho definiciones por categoría de verde están desarrolladas por científicos y expertos en la industria.
4 Desde el punto de vista de emisión de gases de efecto invernadero.
5 En el siguiente artículo José María López Jiménez hace referencia a que los individuos comienzan a elegir en sus inversiones empresas con un compromiso social: https://www.unicajabanco.es/es/blog/sociedad/2019/febrero/finanzas-sostenibles–el-enfoque-social
6 En este vídeo de International Finance Corporation se exponen los peligros medioambientales a los que está expuesto el país de Fiyi, que perdió casi un 30% de su PIB con el ciclón Winston, y gracias a los ingresos recibidos por los Bonos Verdes se pueden construir edificios resistentes a posibles efectos medioambientales, así como otras infraestructuras: https://www.youtube.com/watch?v=S338JDwz2lw