Cuando buceamos hoy día entre los vehículos de inversión que se encuentran al alcance de cualquier inversor aparece la figura del ETF (Exchange Traded Fund, por sus siglas en inglés) entre las alternativas de cualquier plataforma. Pero, ¿qué son estos fondos exactamente y qué ventajas ofrece este vehículo de inversión colectiva para convertirse en uno de los productos más populares dentro de la industria global de inversiones?
Pues bien, los ETF de gestión pasiva son fondos de inversión que se negocian en mercados secundarios de valores que tienen como objetivo replicar el comportamiento de un determinado índice de referencia (como pueden ser el IBEX 35, EuroStoxx 50, S&P 500 o también índices de renta fija) estando disponibles para prácticamente todas las clases de activos.
Tipologías
Dado que los ETFs tratan de replicar índices y que existe una amplia variedad de éstos, se puede encontrar también una amplia gama de ETFs entre los que elegir que invierten en diferentes clases de activos, regiones, países, sectores o estrategias. Los ejemplos que categorías de ETFs que se pueden encontrar hoy en día son los siguientes:
En función del tipo de activo, se pueden encontrar ETF de renta variable, aquellos que replican índices de acciones; ETF de renta fija, los que replican índices de bonos; ETF de commodities, aquellos que invierten en materias primas.
En función de la metodología de réplica existen los ETF de réplica física, que son aquellos que contienen los valores del índice que pretende replicar con la misma ponderación, rebalanceando las carteras periódicamente para seguir la composición y peso del índice. Y, por otro lado, se encuentran los ETF de réplica sintética, que no contienen los valores del índice, sino que tratan de seguir la rentabilidad del índice a través del uso de derivados financieros (generalmente se utiliza un SWAP) asumiendo, en este caso, el riesgo de contrapartida. Éstos se suelen utilizar en aquellos mercados de difícil o imposible acceso para la réplica física, como los mercados de materias primas, ciertos mercados emergentes o los de renta fija.
En función de la política de inversión, podemos encontrar ETF “plain vanilla”, es decir, replican la evolución del índice de referencia tal cual; ETF inversos, aquellos ETF sintéticos que buscan la exposición inversa al índice, siendo su evolución opuesta al movimiento del mercado de referencia y ETF apalancados, también ETF sintéticos que tratan de ofrecer rendimientos equivalentes a 2x o 3x el valor del movimiento diario del índice de referencia.
Ventajas
Entre las ventajas que ofrecen estos fondos cotizados encontramos que cuentan con una gran accesibilidad, porque dado que los importes mínimos de inversión bastante reducidos; una alta diversificación, al ofrecer una cesta de valores evitando la concentración de la inversión y reduciendo así mismo el riesgo global de la inversión; y una elevada liquidez, ya que las participaciones se negocian en tiempo real durante la sesión bursátil, como si de acciones se tratara, a diferencia de los fondos de inversión tradicionales, que se suscriben o reembolsan una vez al día al cierre de cada sesión tras el cálculo del valor liquidativo.
Riesgos
Aunque se ha comentado ya brevemente algún caso, es importante saber que, como cualquier otro producto de inversión, la inversión en ETF conlleva diversos riesgos. Aunque una inversión diversificada, como en este caso, ayuda a reducir el riesgo de concentración, cuentan con riesgo de mercado. Así mismo, el tracking error (o error de seguimiento) analiza la capacidad del ETF de replicar fielmente la evolución del índice de referencia. En el caso de los ETF de réplica sintética se incorpora además el riesgo de crédito o contraparte, siendo éste aquel en el que se incurre si el emisor o la contraparte del Swap no puede hacer frente a los pagos o que se produzca un retraso. Por otro lado, si se invierte en ETF cuya divisa es diferente a la del índice de referencia (es decir, comprar un ETF en euros sobre el S&P 500 que se mide en dólares) se incurre en riesgo de tipo de cambio.
Al igual que ocurre con los fondos de inversión tradicionales, los ETFs cuentan con el documento de datos DFI (Datos Fundamentales para el Inversor) que recogen toda la información necesaria y relevante para dar a conocer las principales características del ETF a nivel de riesgos, política de inversión y comisiones aplicables.
Historia
Los orígenes de los actuales ETF los podemos encontrar en la bolsa de Toronto en 1990 con el lanzamiento del Toronto 35 Index Participation Units (TIPs35), tratándose de un instrumento depositario que replicaba el TSE-35 Index.
Tres años más tarde, en enero de 1993, State Street Global Advisors lanzaba el primer ETF en la bolsa de Nueva York: SPDR S&P 500 ETF (conocido como Spider, por sus siglas Standard and Poor’s Depositary Receipt). A este lanzamiento le siguieron Barclays en 1996 y Vanguard en 2001.
Mercado
En los últimos 20 años, el crecimiento de los fondos cotizados o ETFs ha ido ganando protagonismo paulatinamente en el sector de la gestión de activos. El uso de estos productos se ha extendido ampliamente por cuestiones relacionadas con el coste, la eficiencia, la transparencia y la rapidez para implementar las ideas. El desarrollo de producto por parte de los proveedores de ETF ha cubierto la demanda de muchos inversores.
A cierre del primer semestre de 2023, los activos gestionados (AUM) en ETFs alcanzaron los 7.400 billones de dólares en EE.UU. y algo más de 1.500 billones de dólares en Europa.
En España, según datos de Inverco, a cierre de marzo el volumen de patrimonio de IIC internacionales se situaba en 230 mil millones de euros de los que cerca de 59 mil se encuentra invertido en ETF/indexados a través de 8 emisores frente a un volumen de 96,3 mil millones en IIC internacionales en marzo de 2015 de los que alrededor de 11 mil millones estaban invertidos en ETFs.
Tendencias
Si bien innovar en el campo de los ETF es una tardea difícil en lo que respecta a activos tradicionales, asociados principalmente a inversiones pasivas, los nuevos lanzamientos se centran en ETFs activos, lanzados por primera vez en Estados Unidos en 2008 no siendo hasta 2019, momento en que un cambio normativo de la SEC dejaba de obligar a los emisores a revelar las participaciones diariamente, cuando han empezado a adquirir mayor protagonismo. Actualmente se pueden encontrar más de 1.019 ETF activos (con datos a junio de 2023).
Adicionalmente, en la búsqueda de la diferenciación dentro del tipo de activo se puede encontrar de lanzamientos de ETFs sistemáticos, con mayor especialización e innovación relacionado con el mundo temático o clases de activo de difícil acceso como el mundo de la criptodivisa.
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Fuentes: CNMV, Investopedia, ETFGI.com, Inverco