Artículo publicado en el Diario Sur con fecha 15/02/2021
El emprendimiento ha sido, sin duda, un factor clave en el crecimiento y el desarrollo económico y empresarial de nuestro país. Tal es así, que la mayoría de las empresas existentes en la actualidad son pequeñas o medianas empresas, lo que denota que son entidades que se han constituido muy probablemente a raíz de un proyecto personal emprendedor alrededor de la persona o personas que han estado detrás de ellas.
Emprender, supone, en primer lugar, creer en un proyecto que posteriormente se materializará en un modelo de negocio que permitirá proveer una serie de bienes y servicios que se supone que cuentan con una demanda potencial lo suficientemente amplia como para hacer ese modelo de negocio rentable y viable. Y el mercado será el que actúe como el “juez” que “dicta sentencia” sobre la conveniencia de los bienes o servicios que produce la empresa.
No obstante lo anterior, la actividad de una empresa ha de enmarcarse en un contexto económico, no solo a nivel nacional, sino cada vez más, gracias a las nuevas tecnologías, a nivel internacional. Este contexto económico será el que determine en cierta medida el grado de aceptación por parte del mercado de los bienes y servicios que produce la empresa.
Actualmente, nos encontramos inmersos en una crisis económica sobrevenida a causa de la pandemia de la COVID-19. Es en estos momentos de crisis cuando los emprendedores del futuro comienzan a forjarse, ya sea bien porque algunos pierden su trabajo o bien porque aquellas personas con inquietudes detectan una oportunidad que surge a causa de la crisis. La casuística puede llegar a ser muy amplia.
Sin embargo, emprender no es algo que sea fácil ni cómodo. Como muestra de lo anterior un dato: de todas las empresas creadas en España en el año 2010, el número de empresas que estaban operativas al cabo de cinco años de actividad era del 40%, según el INE.
Emprender, implica, en definitiva, tener motivación y determinación en lo que se va a hacer. El emprendedor se va a encontrar con multitud de problemas y dificultades a los que ha de sobreponerse. Por otro lado, la idea de negocio tiene una importancia crucial en el éxito del proyecto, ya que si está bien desarrollada, hará menos probable que el producto o servicio que se lance al mercado acabe teniendo una baja aceptación. Se trata de que el producto o servicio aporte valor al cliente.
Además, los frutos del emprendimiento no se recogen en un corto plazo de tiempo. Emprender ha de ser visto como una “carrera de fondo” antes que como una de “velocidad”. Y es en este largo camino en el que el emprendedor se irá encontrando con obstáculos que ha de ir salvando en esa carrera hacia la victoria final.
Algunos de estos obstáculos los podríamos condensar en los aspectos que determinan el fracaso empresarial, como son los relacionados con la gestión de la empresa, las finanzas, el producto y el mercado, los recursos humanos, el gobierno y el entorno de la empresa y, a nivel general, la formación financiera y económica del emprendedor.
Como se desprende de lo anterior, la formación financiera del emprendedor es determinante en el éxito de un proyecto empresarial, ya que condicionará la toma de decisiones de carácter económico y financiero en la empresa. Por lo tanto, el emprendedor ha de contar con un nivel de educación financiera adecuado que le permita gestionar su empresa correctamente.
En este sentido, el Proyecto Edufinet de Educación Financiera, que inició su andadura en 2005, cuenta con un subproyecto específico de formación económica y financiera para empresarios y emprendedores, que recibe el nombre de Edufiemp. Este subproyecto cuenta con una página web con contenidos accesibles gratuitamente en la siguiente dirección de Internet: www.edufinet.com/edufiemp.
Desde esta tribuna de publicación semanal procuraremos aportar contenidos útiles para los empresarios y los emprendedores, en un momento de transformación, en todos los ámbitos, que condicionará la forma de desarrollar la actividad empresarial durante los próximos años.
