Topar los precios de una economía: ¿Solución o problema?


A raíz de la subida generalizada de los precios de la que hemos sido testigos en los últimos años, numerosos gurús y expertos económicos han compartido sus ideas para resolver el desafío inflacionista. Una de las más frecuentes ha sido la sugerencia de imponer límites a los precios, prometiendo que, así, se estabilizaría la situación. Pero, ¿es esto cierto? ¿Qué efectos puede tener el control de precios en la economía? Vamos a comprobarlo.

Un análisis gráfico sobre control de precios

En economía, la oferta y la demanda son dos fuerzas fundamentales que interactúan en el mercado para determinar los precios y las cantidades de bienes y servicios intercambiados. La oferta no es más que la cantidad de un bien o servicio que los productores están dispuestos a poner a la venta, mientras que la demanda se define como la cantidad que los consumidores están dispuestos o son capaces de comprar a distintos precios.

Lo más interesante de la oferta y la demanda es cómo interactúan entre sí. Una interacción que se suele representar de forma muy simplificada de la siguiente forma:

Escenario inicial: Modelo base de oferta y demanda

Como podemos observar en el gráfico, la curva de oferta tiene pendiente positiva. La explicación detrás de esta afirmación es que, manteniendo todas las demás variables constantes, la cantidad ofrecida de un bien o servicio aumenta a medida que aumenta su precio, y viceversa. Es decir, cuanto mayor sea el precio de un bien, mayor rentabilidad ofrece a los productores y, por ende, más llamativo será para ellos venderlo. Es lo que en Economía llamamos la Ley de la oferta.

Para entenderlo mejor, imaginemos un bar que vende desayunos. Si el bar tiene la posibilidad de vender zumos a 20€ con un coste de producción de 1€, intentarán vender los máximos zumos posibles, e incluso muchos otros bares querrán vender zumos porque ven que tiene mucho margen de rentabilidad. Por el contrario, si lo venden a 1,5€, el margen es muy bajo, y no será tan atractivo venderlo.

Algo similar ocurre -pero al contrario- con la demanda. Que presente pendiente negativa significa que la cantidad demandada de un bien o servicio disminuye a medida que aumenta su precio, y que aumenta a medida que el precio disminuye. Es lo que en economía llamamos la Ley de la demanda.

Para ilustrarlo, imaginemos un ejemplo simple: un hombre necesita unas gafas de sol porque le molesta durante su trabajo diario, y está dispuesto a pagar bastante por ellas. Al dirigirse al centro de la ciudad, descubre que las gafas de sol están a un precio muy bajo, por lo que decide comprar dos. Al haber bajado el precio, su demanda ha aumentado.

Cuando en un mercado se iguala la cantidad demandada a la cantidad ofrecida a un determinado precio, se alcanza el conocido como equilibrio de mercado o punto de equilibrio, que en el gráfico del Escenario inicial es el punto (Q*, p*) donde se maximiza el bienestar tanto de consumidores como de productores.

Con estas nociones básicas, ya podemos comprobar el efecto de introducir un precio máximo en el modelo. Nos podemos encontrar con dos escenarios distintos en función de dónde establezcamos el límite: por encima del precio de equilibrio o por debajo del mismo.

Escenario 1. Establecimiento de un precio máximo mayor que el precio de equilibrio.

Cuando se establece un precio máximo por encima del precio de equilibrio del mercado, se considera no vinculante y sin efecto sobre el precio ni sobre la cantidad vendida. Esto se debe a que el precio de equilibrio, donde la oferta y la demanda se igualan, ya es más bajo que el precio máximo impuesto. Por lo tanto, el mercado continúa operando de acuerdo a las fuerzas naturales de oferta y demanda, manteniendo tanto el precio como la cantidad vendida en sus niveles de equilibrio y sin ser afectados por la regulación del precio máximo.

Escenario 2. Establecimiento de un precio máximo menor que el precio de equilibrio.

Cuando se establece un precio máximo por debajo del precio de equilibrio del mercado, sí es considerada una medida relevante porque afecta significativamente tanto a la cantidad ofertada como a la cantidad demandada.

A este precio, menor que el de equilibrio, los productores tienen menos incentivos para ofrecer el bien o servicio porque, o bien no pueden cubrir sus costes, o no obtienen tanto beneficios como antes. Como consecuencia, la cantidad ofertada disminuye.

Por otro lado, un precio más bajo hace el bien o servicio más atractivo para los consumidores, quienes ahora desean comprar más de lo que hacían al precio de equilibrio. Es decir, se incrementa la cantidad demandada.

Así, se genera un desequilibrio entre oferta y demanda al haber más consumidores que desean comprar el bien o servicio que cantidad disponible que los productores estén dispuestos a ofrecer, creándose una situación de escasez en el mercado.

Conclusiones finales

La implementación de controles en los precios ha sido una medida aclamada recurrentemente por petición popular, como hemos podido comprobar con la limitación de los precios de los alquileres en Barcelona o la reclamación social del control de los precios de la cesta de la compra durante el reciente periodo inflacionista.

Se ha podido constatar a lo largo de este análisis que cuando se opta por controlar los precios, lo que se produce, tarde o temprano, es o escasez en el mercado regulado o una ineficiencia de la medida implementada.

Cabe añadir a ello la complejidad de implantar un control efectivo en los precios dada la amplia heterogeneidad de bienes y servicios en la actualidad. Por ejemplo, establecer un precio máximo para ordenadores resulta inviable al existir múltiples gamas y modelos con características y calidades muy diversas. Imponer un precio uniforme significa igualar un ordenador básico y de baja gama con uno de alta gama y avanzada tecnología, lo cual es insostenible.

En economía es muy complejo regular un mercado sin crear ineficiencias colaterales, por lo que, cualquier política de control de precios debe ser cuidadosamente evaluada y diseñada para evitar impactos adversos en la economía.

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