La subida de tipos de interés del BCE para intentar contener la inflación, una de las herramientas de la política monetaria (puedes ver más sobre qué es la política monetaria aquí: Política monetaria), nos está afectando ya que éstas decisiones influyen en otros aspectos como el EURIBOR (ya nos es familiar a todos qué es el EURIBOR y si no lo sabes puedes verlo aquí: Euribor).
Pero la senda alcista de los tipos, que según las previsiones no ha tocado techo, no ha seguido el camino previsto por el BCE. Inicialmente se esperaba que la inflación fuera transitoria, ocasionada por los desequilibrios provocados durante la pandemia, pero finalmente no se ha comportado como se creía inicialmente, dando lugar a un periodo inflacionista no visto desde hace muchos años y por supuesto no en tantos países a la vez. Así, la llamada hoja de ruta ha tenido que ser modificada y reestructurada casi “sobre la marcha”.
Para evitar los problemas de tener que variar constantemente la idea inicial de subida de tipos, el BCE se ha marcado tres criterios a analizar y que determinarán los puntos porcentuales que subirán los tipos, hasta que volvamos a un IPC del 2% (objetivo final del BCE). ¿En qué consisten estos tres criterios?:
- Proyecciones de inflación.
- La inflación subyacente.
- La transmisión de la política monetaria.
Respecto a la proyección de inflación no se va a tener en cuenta únicamente el momento en que la inflación vuelva al 2%, sino que es posible que los tipos se puedan mantener altos durante un tiempo, para compensar estos meses (parece que ya van a ser años) de alta inflación y cabe recordar que el objetivo es el mantenimiento de este porcentaje a medio y largo plazo… Eso sí, en cada momento tendrán que valorar si hay posibilidad de volver a la deflación, que también hemos vivido en años anteriores, y que tampoco convence a los miembros del BCE.
Respecto a la inflación subyacente (tienes la definición de lo que es aquí: inflación subyacente), es la que quizás mejor marque la tendencia de los precios (aunque, por ejemplo, el coste de la energía o los alimentos frescos que se consideran fundamentales para el coste de la vida, no se contemplan en este indicador) y que en estos momentos se está moviendo en la “dirección errónea” ya que mientras la inflación general tiene una tendencia a la baja, la subyacente no hace más que subir.
En este contexto desde el BCE se ha indicado que van a poner el foco especialmente en el sector servicios, ya que tiene dos aspectos fundamentales que les ha afectado en los últimos meses: el precio de la energía y la subida de los salarios; sin olvidar por supuesto la efusividad con la que nos hemos tomado la reapertura tras la COVID – 19. Desde el BCE se cree que la moderación de los precios de la energía y la probable estabilización de los salarios (que han vivido su mayor subida en los últimos 30 años) va a permitir una mejora de los cálculos por parte de todo el sector servicios y una normalización de este, que tendrá su efecto en los precios.
El último aspecto, el de la transmisión de la política monetaria, tiene que ver con la velocidad con la que la modificación de tipos está llegando a la economía real y los mercados (aquí puedes ver cómo se trasladan los tipos de BCE a los particulares vía entidades financieras: Tipos BCE vs particulares), que por ahora solo se está viendo en los mercados ya mencionados y en las curvas de tipos de la deuda soberana pero que se espera que en los próximos meses sea más visible tras el endurecimiento de los costes de financiación (tanto para particulares como para empresas), la previsible reevaluación de los préstamos concedidos por las entidades financieras o, el más que esperado descenso del precio de la vivienda.
Pero, y tal como advierten algunos economistas, este retraso (nos referimos a ver la bajada de la inflación) puede provocar que el BCE “se pase de frenada” y suba los tipos demasiado y demasiado rápido; ya que aún estamos bajo el efecto de políticas monetarias expansivas que se ha extendido mucho en el tiempo. De ahí que estos economistas recomienden que se analicen, además de lo mencionado anteriormente, los llamados agregados monetarios que son los que miden el dinero en circulación (puedes saber más aquí: agregados monetarios), que han sufrido un enero histórico de caídas lo que puede demostrar que el golpe a la inflación está al llegar y que puede ser bastante duro.
Pero lo que está claro, es que debemos de esperar que los tipos sigan subiendo, el problema es ¿hasta cuándo?
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