La seguridad en línea es una preocupación constante en nuestra era digital. Con el crecimiento de los servicios en internet y la cantidad de datos personales almacenados en la web, proteger nuestras contraseñas se ha vuelto más crucial que nunca. ¿Te has preguntado alguna vez cuántas contraseñas tienes? Sin embargo, con la llegada de la Inteligencia Artificial (IA), surgen preguntas sobre su capacidad para comprometer nuestras credenciales. ¿Es posible que la IA averigüe nuestras contraseñas? La respuesta no es simple, ya que depende de diversos factores, pero en teoría, con suficiente tiempo y recursos, sí podría lograrlo.
La IA ha demostrado ser extremadamente eficaz para resolver problemas complejos gracias a sus avanzados algoritmos y capacidad de aprendizaje. En el ámbito de las contraseñas, estas habilidades se pueden aplicar de varias formas.
Primero, los ataques de fuerza bruta. Este método consiste en probar todas las combinaciones posibles de caracteres hasta encontrar la correcta. Imagina que coges un teclado y empiezas a teclear contraseñas como «a», «aa», «aaa», y así sucesivamente. Una IA puede realizar este proceso mucho más rápido, utilizando algoritmos avanzados para reducir el tiempo necesario para encontrar la contraseña. Por ejemplo, un ordenador normal podría tardar años en probar todas las combinaciones posibles de una contraseña de ocho caracteres, pero una IA podría hacerlo en horas.
Además, los ataques de diccionario prueban palabras comunes y combinaciones populares, también se benefician de las capacidades de la IA, que puede priorizar las combinaciones más probables basándose en datos previos. Por ejemplo, muchas personas utilizan contraseñas simples como «123456» o «password». La IA puede probar estas combinaciones primero, aumentando la probabilidad de éxito rápidamente.
La IA también puede analizar información pública, como la que compartimos en redes sociales, para adivinar contraseñas. Datos como fechas de nacimiento, nombres de mascotas o combinaciones de nombres y números pueden ser utilizados para generar contraseñas probables. Por ejemplo, si en tu perfil de Facebook mencionas que tu perro se llama Pulgoso y naciste en 1990, la IA podría intentar contraseñas como «Pulgoso1990» o «Pulgoso90».
Además, las redes neuronales de la IA pueden entrenarse con contraseñas filtradas en violaciones de seguridad anteriores para identificar patrones y predecir nuevas contraseñas basándose en esos patrones. Por ejemplo, si una base de datos de contraseñas filtradas muestra que muchas personas usan «qwerty» seguido de un número, la IA podría predecir contraseñas similares para otros usuarios.
Aunque la IA presenta una amenaza potencial, hay varias estrategias efectivas para proteger nuestras contraseñas. Utilizar contraseñas largas y complejas, que incluyan una mezcla de letras mayúsculas y minúsculas, números y caracteres especiales (como la ñ), dificulta considerablemente el trabajo de la IA. Por ejemplo, y aunque parezca obvio, una contraseña como «G4!d@7sL9ñ» (15 mil años – imagen 1) es mucho más difícil de descifrar que «usuario» (2 mil milesegundos – imagen 2).
No todo es malo. Con el avance continuo de la IA, también se desarrollan nuevas medidas de seguridad. Técnicas avanzadas de encriptación, biometría y autenticación sin contraseñas son áreas prometedoras que podrían sustituir o complementar las contraseñas tradicionales. Hasta que estas tecnologías se conviertan en la norma, mantenerse informado y adoptar buenas prácticas de seguridad seguirá siendo nuestra mejor defensa contra la amenaza de la IA.
¿Quieres saber cuánto tiempo se tardaría en descifrar una contraseña? Accede a esta página: enlace. Recuerda que no escribir contraseñas personales, prueba palabras o posibles combinaciones para mejorar tu seguridad.
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