Hoy en día, son cada vez más los jóvenes que se adentran en los mercados financieros. Esta inclusión ha sido impulsada, principalmente, por el desarrollo de nuevas tecnologías a través de Internet, así como por el de las redes sociales, las cuales sirven de escaparate a un mundo donde las inversiones parecen algo relativamente fácil, al alcance de cualquiera.
La implementación de estas aplicaciones (denominadas coloquialmente “apps”) y el fácil acceso a plataformas de inversión, conocidas también como “brokers”, han permitido la conexión directa entre “pequeños inversores” y los mercados con tan solo un clic. Estas plataformas posibilitan a sus usuarios operar con múltiples instrumentos financieros. Entre los activos en los que se basan predominan el intercambio de materias primas, divisas, acciones, los referenciados a índices bursátiles, los que combinan la inversión en fondos con una negociación flexible de los títulos como los Exchange-Traded Fund (ETF), y criptoactivos, entre otros.
Ya lo venía avisando la subdirectora del departamento de educación financiera de la CNMV, Gloria Caballero1:
«Parece, con la información que tenemos, que los jóvenes, derivado del confinamiento y de las redes sociales, están un poco más interesados en la bolsa y en el trading.”
Es así como se ha observado en los últimos años un gran interés por la inversión en el medio digital por parte de la población más joven que, siendo nativos digitales, cuentan con la habilidad necesaria para operar en el medio digital, pero que no disponen, en su mayoría, de conocimientos suficientes como para asumir los riesgos que suelen conllevar este tipo de actuaciones.
Actualmente, para los jóvenes, destaca la figura del “trader” o especulador a corto plazo. Esta modalidad de inversión se ha vuelto muy popular recientemente como una forma de generar rendimientos diarios aprovechando la volatilidad de los mercados. También identificamos la figura de los “scalpers” que son aquellos que realizan múltiples operaciones a lo largo del día en periodos de tiempo que comprenden minutos. Estas figuras suponen un riesgo no apreciable por el especulador no experimentado que se deja llevar por las emociones del mercado. Se ha vivido una situación similar en el mercado de criptoactivos, un mercado que atrae por los grandes rendimientos que se esperan obtener con este tipo de activos.
De esta manera, se ha puesto de manifiesto en un estudio reciente 2 que “un 46,2% de los jóvenes, han invertido alguna vez en los mercados financieros. Además, entre los productos que invierten suelen encontrarse criptomonedas (55,7%), acciones (50%) y fondos de inversión (39,4%). Y en un porcentaje mucho menor, le siguen los depósitos, derivados (futuros), ETFs y CFDs”.
Son muchas las plataformas de inversión que han logrado captar usuarios de perfil joven a través de dos herramientas aprehendidas de otros sectores. La primera, denominada “bonus de bienvenida”, por la que los nuevos usuarios de estas plataformas, emulando a las casas de juego online que aumentan de esta forma su base de jugadores, obtienen una serie de beneficios al inscribirse en las plataformas de trading (cobertura de pérdidas en una compra inicial, aumento de saldo en cuenta por primera aportación…). La segunda de estas herramientas de captación es denominada “leverage”, que permite al usuario tomar dinero prestado para realizar sus operaciones diarias y obtener un mayor capital de partida. Estas dos instrumentos que se ofrecen como beneficios al usuario al inscribirse en la plataforma de inversión, resultan atractivas a los jugadores de menor edad, pero conllevan un peligro inherente al introducir elementos asociados al juego, reduciendo la percepción del extraordinario riesgo que se asume.
Para comprender el término de apalancamiento financiero vamos a poner un ejemplo muy sencillo aplicado a la compra de criptoactivos. Si partimos con un capital de 100 euros, y optamos por un “leverage” a escala 1:10, esto significa que la plataforma de inversión nos prestaría hasta un total de 1.000 euros. Sin embargo, un movimiento del precio en contra de un 10% supondría la liquidación al completo de nuestra posición, es decir, perderíamos los 100 euros de partida. Al contrario, en un caso favorable, un movimiento a nuestro favor de un 10% supondría una rentabilidad del 100% de nuestra inversión inicial. La volatilidad de los criptoactivos confiere a este instrumento la sensación de participar en un juego de azar, más que la realización de una inversión en un mercado muy volátil, con muchos riesgos.
La evolución de estas plataformas en los últimos años ha sido exponencial. Por ejemplo, si nos fijamos simplemente en la experiencia del usuario, veremos que la interfaz se ha vuelto mucho más dinámica: colores llamativos, recompensas por operaciones e incluso en algunos casos, juegos donde puedes multiplicar tu dinero. El mismo interfaz que utilizan estas plataformas tiene una relación experiencial muy relacionada con la que obtiene el jugador en el un juego de azar.
En resumen, podríamos decir que los 5 errores más comunes a la hora de tomar nuestra primera inversión son los siguientes:
- La búsqueda de consejos de inversión de influencers y gurús del mundo de la inversión, en vez de acudir a expertos.
- Establecer un horizonte temporal con expectativas a muy corto plazo, realizando múltiples operaciones en mercados volátiles, sin tener conciencia de la operatoria del mercado que le sirve de base.
- La inversión de cantidades que uno no está dispuesto a perder o de la que incluso se carece, como es el caso de la opción por instrumentos de apalancamiento financiero.
- No diversificación del riesgo. “Poner todos los huevos en una sola cesta”, al participar en un solo mercado y, a veces, en un solo activo.
- No asumir las pérdidas, o esperar que la situación se revierta.
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[1] https://valenciaplaza.com/jovenes-trading-bolsa-riesgo-cnmv