En las vastas sabanas y selvas de África, el león, majestuosamente apodado como el “Rey de la Selva”, ha reinado a lo largo de los siglos. Sin embargo, en las últimas décadas se ha producido una disminución alarmante en las poblaciones de leones, una situación que los lleva peligrosamente hacia el borde del abismo de la extinción.
En regiones que una vez fueron sus bastiones, como África Oriental y Austral, los leones ahora enfrentan amenazas críticas para su supervivencia, un sombrío testimonio de los estragos causados por la incesante expansión humana y la consecuente degradación de su hábitat.
Un claro ejemplo de esta tragedia se observa en Tanzania, donde la fragmentación de su hábitat ha desencadenado una cadena de eventos perjudiciales para su supervivencia. La reducción significativa de las presas salvajes, producto de este fenómeno, no solo ha creado un desequilibrio en el ecosistema, sino que también ha fomentado conflictos crecientes entre los leones y las comunidades locales. Atrapados en esta encrucijada, los leones se ven obligados a invadir los terrenos de las comunidades en busca de alimento, recurriendo a menudo a la caza de ganado para sobrevivir, una circunstancia que agrava aún más las tensiones y pone en peligro su existencia.
Dato: Hoy en día, quedan aproximadamente 24.000 leones salvajes en África, una cifra que se ha visto reducida desde los 200.000 que existían hace un siglo. |
Si no se toman medidas para proteger los hábitats de estos animales, la capacidad de estas áreas para sustentar tanto a la vida silvestre como a las comunidades humanas seguirá deteriorándose. Es imperativo conservar ecosistemas saludables y con biodiversidad, no sólo para salvaguardar la fauna, sino también para proteger las comunidades locales y al mundo en su conjunto.
Es imperativo que los gobiernos, las organizaciones dedicadas a la conservación ambiental y las comunidades locales unan fuerzas en una colaboración estrecha para diseñar estrategias sostenibles que faciliten una coexistencia pacífica y mutuamente beneficiosa entre los seres humanos y los leones, entre otras especies, que son una parte integral del rico tapiz de la biodiversidad africana.
Una ruta prometedora hacia este objetivo es fomentar el turismo ecológico y responsable. Esta iniciativa no solo tiene el potencial de fomentar una apreciación más profunda por la flora y fauna nativas entre los visitantes, sino que también puede canalizar ingresos significativos para apoyar tanto a las comunidades locales como a los esfuerzos de conservación. Al hacerlo, se está, no solo preservando el entorno natural único de África, sino también asegurando que las futuras generaciones tengan la oportunidad de maravillarse con la diversidad y la belleza que este continente tiene para ofrecer.
Inmerso en este contexto surge “Lion Carbon”, un proyecto revolucionario de compensación de carbono que busca redefinir la relación entre las comunidades locales y la biodiversidad que les rodea. Al atribuir un valor tangible a la preservación de especies de grandes carnívoros como los leones, leopardos y hienas manchadas, “Lion Carbon” empodera a las comunidades locales, brindándoles las herramientas y los recursos necesarios para administrar de manera sostenible estos ecosistemas vitales.
¿Qué es un proyecto de compensación de carbono? |
Es una iniciativa diseñada para contrarrestar o compensar las emisiones de dióxido de carbono (CO₂) y otros gases de efecto invernadero liberados a la atmósfera, principalmente a través de actividades humanas. El objetivo central de estos proyectos es promover la sostenibilidad y combatir el cambio climático. |
¿Cómo funciona “Lion Carbon”?
Se fomenta un ingreso sostenible para las comunidades locales, estrechamente vinculado a la preservación de sus bosques y de la fauna que los habita, a través del aprovechamiento del mecanismo REDD+ (Reducción de Emisiones derivadas de la Deforestación y la Degradación de los Bosques). Este mecanismo no solo incentiva la reducción de emisiones de carbono, sino que también promueve la conservación de la biodiversidad y el bienestar de las comunidades locales.
En paralelo, se fortalece la capacidad a nivel local y regional para administrar de forma sostenible la vida silvestre y los ecosistemas forestales. Esto se logra mediante una planificación de la gestión bien estructurada, que incluye estrategias robustas para combatir la caza furtiva y un sistema de monitoreo continuo que permite realizar ajustes proactivos y basados en datos para proteger mejor el entorno natural.
Modelo REDD+ Lion Carbon
Paso 1: Las comunidades eligen los bosques que desean proteger a través de acuerdos vinculantes a largo plazo.
Paso 2: El carbono almacenado en el bosque protegido por la comunidad y que no se libera a la atmósfera, se mide y verifica mediante el Estándar de Carbono Verificado (VCS).
Paso 3: El VCS emite compensaciones verificadas de carbono forestal, basándose en el desempeño de la comunidad en la protección de su bosque.
Paso 4: Se ofrecen compensaciones de carbono “Lion Carbon” a las empresas, permitiéndoles compensar sus emisiones de carbono y contribuir significativamente al bien común.
Paso 5: Los ingresos obtenidos de las compensaciones de carbono “Lion Carbon” se reinvierten en el desarrollo sostenible de la comunidad y en la monitorización, protección y regeneración del hábitat de los leones, sus presas y su entorno.
¿Por qué una empresa compra compensaciones de carbono?
Las empresas pueden optar por comprar compensaciones de carbono por una serie de razones que van desde la asunción de una responsabilidad ambiental consciente hasta la preservación de su reputación corporativa.
Al asumir un papel activo en la lucha contra el cambio climático, las empresas no solo contribuyen a la reducción global de las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que también participan en la conservación de la biodiversidad, protegiendo y restaurando ecosistemas vitales a través de proyectos vinculados a compensaciones de carbono.
Más allá del impacto ambiental, estas iniciativas también pueden estar en línea con el cumplimiento de leyes y regulaciones establecidas en diferentes jurisdicciones que instan a las corporaciones a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero y a preservar la biodiversidad. Además, permiten a las empresas participar en esquemas de comercio de emisiones, facilitando la compra y venta de créditos de carbono para alcanzar los límites de emisiones impuestos por las autoridades gubernamentales.
Desde una perspectiva de reputación corporativa, la adquisición de compensaciones de carbono se traduce en una mejora de la imagen corporativa, forjando una conexión de confianza con consumidores cada vez más inclinados a apoyar a empresas con una agenda ambiental, en sentido amplio, responsable. Esto no solo crea una diferenciación positiva en el mercado, sino que también destaca el compromiso de la empresa con el bienestar del planeta.
En términos económicos, las empresas pueden acceder a incentivos fiscales y prepararse para futuras regulaciones que podrían establecer restricciones en las emisiones de carbono. Al anticiparse a estas normativas, las empresas se posicionan de manera estratégica en un paisaje económico en evolución.
Finalmente, dentro de la estructura corporativa, la compra de compensaciones de carbono puede fomentar una mayor satisfacción entre los empleados, quienes valoran el compromiso de su empresa con la sostenibilidad.