Un Exchange Traded Fund (ETF) o “Fondo Cotizado” es un producto de inversión que integra características tanto de las acciones que cotizan en bolsa como de los fondos de inversión.
Los ETFs están indexados a un mercado o índice de referencia, es decir, su objetivo es replicar el comportamiento de dicho índice. Esto se consigue mediante la compra de los valores que componen la cesta del índice en igual o similar proporción (réplica “física”) o bien a través de productos derivados (réplica sintética).
Actualmente, existen ETFs sobre prácticamente cualquier índice de renta variable o renta fija a nivel global, así como de índices mixtos, de materias primas o de volatilidad, e incluso de determinadas estrategias (por ejemplo, estrategias construidas con opciones financieras como put write).
Los ETFs pertenecen a la familia de los Exchange Traded Products (ETPs), dentro de los cuales se engloban los Exchange Traded Notes (ETNs), que son un tipo de deuda subordinada que replica el comportamiento de un índice o activo subyacente; los Exchange Traded Currency y los Exchange Traded Commodity (ETCs), que son notas de deuda que replican el comportamiento de un par/cesta de varias divisas, o una o varias materias primas, las cuales sirven como colateral. Hablaremos sobre estos productos en siguientes artículos.
¿Cuáles son las principales diferencias con respecto a un fondo de inversión?
A diferencia de un fondo de inversión, que publica el valor liquidativo (VL) de sus participaciones con frecuencia diaria (salvo en algunas excepciones), el precio de un ETF cotiza en el horario de la bolsa correspondiente. Este precio lo marcan los distintos agentes de mercado y deberá ser igual o muy similar al valor liquidativo, es decir, al valor del índice o activos que replica.
En el apartado de los gastos, los ETFs presentan por regla general comisiones más reducidas que las de un fondo de inversión, debido a unos menores requerimientos administrativos. Al replicar un índice, activo o estrategia, no incurren en gastos de gestión y análisis. No obstante, el número de índices se ha disparado en los últimos años y, con ellos, el número de ETFs para darles cobertura. En caso de índices sectoriales, temáticos, smart beta o ESG, entre otros, los gastos corrientes son mayores.
Por último, desde el punto de vista fiscal, si se quiere traspasar la posición invertida de un ETF a otro, esa operación conlleva la tributación de las plusvalías o minusvalías producidas, a diferencia de un fondo de inversión, que permite el diferimiento fiscal en caso de traspasos.
¿Y respecto a una acción?
Al comprar una acción, el inversor está invirtiendo en una empresa concreta, con el riesgo específico que es inherente a la propia compañía. Por contra, un ETF presenta una mayor diversificación, reduciendo el riesgo no sistemático, ya que se está invirtiendo en los activos que componen el índice de referencia a replicar, ya sea de manera “física” o sintética.
Adicionalmente, el ETF ofrece la seguridad jurídica que posee un fondo de inversión. La entidad gestora y la entidad depositaria han de ser empresas independientes. En caso de quiebra de la gestora, los activos quedan fuera del proceso de liquidación y pasarían a gestionarse por otra entidad. Lo mismo ocurre en el caso de quiebra del custodio, pues los activos son movidos a otra entidad.
¿Cuál ha sido la evolución del mercado de ETFs?
En el siguiente gráfico se muestra el rápido crecimiento que ha tenido la industria en los últimos 17 años. Solamente en el año 2020 el volumen en ETFs ha crecido un 25% frente al año anterior.
Por entidades distribuidoras de ETFs, existen tres actores principales: iShares (Blackrock), Vanguard y State Street. La suma de sus activos supone el 80% de la cuota de mercado del “top diez”, de la cual la mitad corresponde a iShares.
¿Qué tipos de ETFs existen?
Existen distintas clases de ETFs, según la estrategia de inversión que siguen:
- ETFs tradicionales: son los ETF por definición, que replican la evolución de un mercado o índice concreto. Por ejemplo, un ETF del Ibex-35.
- ETFs smart beta: este tipo de ETF se centra en determinadas características de los valores del índice que replica, como, por ejemplo, asignar mayor peso a aquellas acciones que ofrezcan una mayor rentabilidad por dividendo.
- ETFs inversos: son aquellos que buscan tener un comportamiento contrario al índice al que hacen referencia. Es decir, si el Ibex-35 cae un 10%, un ETF inverso del Ibex subirá aproximadamente ese 10%.
- ETFs apalancados: esta clase de ETF replica un determinado índice en una proporción determinada. Lo vemos más fácil con un ejemplo: Un ETF del Ibex-35 apalancado 2 veces dará la rentabilidad del índice multiplicada por dos, es decir, si el Ibex-35 sube un 10%, el ETF ofrecería una rentabilidad del 20%. Lo mismo ocurriría si el Ibex cae un 10%, lo que arrojaría una caída del 20% en el ETF.
- ETFs mixtos: aquí incluiríamos los que combinan algunas de las clases anteriores, como puede ser un ETF inverso apalancado.
¿Qué fiscalidad tiene un ETF?
Al igual que ocurre con una acción, la ganancia o pérdida generada por la diferencia entre el precio de compra y el precio de venta se incluirá en la base imponible del ahorro o en la base general, según el tiempo en el que se ha generado esa ganancia o pérdida.
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Bibliografía
- “Introducción a los ETF. ¿Qué son los ETF?”. https://www.bmerv.es/esp/ETFs/InformacionGeneral/IntroduccionalosETFs.aspx
- “¿Qué tipos de ETF existen?” https://www.bolsamadrid.es/docs/ETFs/docsSubidos/tipos_de_etf.pdf
- Definición de riesgo específico. https://economipedia.com/definiciones/riesgo-especifico.html
- “Development of assets of global exchange traded funds (ETFs) from 2003 to 2020” https://www.statista.com/statistics/224579/worldwide-etf-assets-under-management-since-1997/
- Enrique Castellanos. Instituto BME. Lecturas MFIA, Libro 2, Exchange Traded Funds (ETF)