El Bono de Conservación de Vida Silvestre

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Los rinocerontes negros representan una especie en peligro crítico y son extremadamente vulnerables a la extinción en su hábitat natural, debido, principalmente, a la caza furtiva y a la pérdida de su hábitat. En 1970, la población de rinocerontes negros en la naturaleza alcanzaba los 65.000. No obstante, a medida que la caza furtiva se intensificó y las presiones sobre su hábitat aumentaron, apenas quedan 5.500 ejemplares. Los rinocerontes son lo que se denomina una “especie paraguas”, puesto que desempeñan un papel crucial en la configuración de ecosistemas de los que otras especies dependen. Además, estos ecosistemas proporcionan empleos y generan industrias como el turismo.

Sin embargo, combatir la caza furtiva de rinocerontes y proteger sus hábitats origina un seguimiento constante, que requiere una importante financiación a largo plazo. Para brindar una solución a este problema, hace seis años, la Sociedad Zoológica de Londres (ZSL, por sus siglas en inglés) inició el Proyecto de Inversión de Impacto en Rinocerontes, que acabó desembocando en el primer “bono de rinoceronte” del mundo, vinculando el rendimiento de la inversión inicial directamente con el crecimiento de la población de rinocerontes que se está respaldando.

La financiación para el proyecto se materializó a través del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés), que es un fondo fiduciario multilateral dedicado a invertir en la naturaleza, implementado por el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas.

El proyecto también recibió apoyo legal, técnico y financiación de una serie de organizaciones, por lo que, en marzo de 2022, el Banco Mundial decidió emitir dicho bono de desarrollo sostenible por 150 millones de dólares a cinco años.

Se denominó “Bono de Conservación de Vida Silvestre”, también conocido como el “Bono de Rinoceronte”, incluyendo un pago por el éxito de conservación realizado por el GEF a los poseedores de los títulos, dependiendo del incremento verificado del número de rinocerontes, convirtiéndose en el primer instrumento financiero del mundo dedicado a proteger una especie.

El hecho de que este fuese un bono emitido por el Banco Mundial proporcionó a los inversores institucionales la confianza para invertir, puesto que es una entidad de triple A, que lleva más de 70 años emitiendo bonos de desarrollo sostenible en los mercados internacionales de capitales.

En lugar de realizar pagos de cupones a los inversores, el ¿Banco Mundial? realiza una serie de “pagos de inversión en conservación” para financiar las actividades de conservación del rinoceronte y maximizar la tasa de crecimiento en dos de las ubicaciones seleccionadas a través del Proyecto de Inversión de Impacto en Rinocerontes: el Parque Nacional Addo Elephant y la Reserva Natural Great Fish River, ambos en la provincia del Cabo Oriental de Sudáfrica.

Aunque se renuncia a los pagos de los cupones, los tenedores de bonos recibirán un pago conjunto por el éxito en la conservación (“pay-for-results”), de hasta 13,76 millones de dólares, en función de la tasa de crecimiento neto del rinoceronte (la tasa de crecimiento biológico menos la tasa de caza furtiva) en estas dos ubicaciones durante los cinco años de vigencia del bono.

Si no hay cambio en la tasa de crecimiento neto del rinoceronte, no se realizará ningún pago, en cambio, si la tasa de crecimiento neto se encuentra:

  • Entre 0% y 2%, los poseedores de los títulos recibirán 36,69 dólares por cada 1.000 dólares invertidos.
  • Entre 2% y 4%, los poseedores de los títulos recibirán 73,38 dólares por cada 1.000 dólares invertidos.
  • Más de 4%, los poseedores de los títulos recibirán 91,73 dólares por cada 1.000 dólares invertidos.
Fuente: Banco Mundial.

La tasa de crecimiento neto del rinoceronte será calculada en Sudáfrica por dos empresas independientes y los pagos por el éxito a los inversores serán financiados con una subvención por parte del Fondo para el Medio Ambiente Mundial.

El Bono de Rinoceronte representa un nuevo enfoque de financiación combinada para la financiación de la conservación, que maximiza el impacto de los fondos de los inversores al canalizarlos hacia resultados de conservación, en lugar de inversiones a largo plazo. El Bono también traspasa los riesgos del proyecto a los poseedores de los títulos a cambio de un posible pago, si el proyecto tiene éxito.

Como beneficios, se espera que estos esfuerzos de conservación conduzcan a la protección de otras especies que viven en estos hábitats, aumenten la biodiversidad y mejoren los servicios del ecosistema, como el agua limpia que sirve a la industria local de cítricos. Los pagos de inversión en conservación del Bono también apoyarán la participación de la comunidad y a más de 2.000 empleos basados en el turismo en la provincia del Cabo Oriental de Sudáfrica. Este es un atractivo resultado social, ya que el sector turístico de la provincia se había visto gravemente afectado por la pandemia de COVID.

Más información en nuestro vídeo conmemorativo del Día Internacional de la Diversidad Biológica 2023:

Imagen gratuita desde Freepik.

Autores

María del Mar Molina Parra
Arnie Zareei Bogoya
José Antonio Díaz Campos
Edufinet
José M. Domínguez Martínez
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