Bonos de guerra


Los bonos de guerra son títulos de deuda emitidos por un gobierno para financiar sus operaciones militares durante un conflicto bélico. A menudo, se ofrecen a una tasa de interés inferior a la del mercado, lo que significa que se venden principalmente a través de apelaciones emocionales a los ciudadanos para que presten dinero al gobierno. Para incentivar la compra de los bonos, el Consejo de Publicidad de Guerra, en Estados Unidos, promovió la compra voluntaria de bonos, haciendo referencia al patriotismo y a la conciencia de los ciudadanos.

Un ejemplo reciente de estos bonos de guerra lo encontramos en la invasión rusa de Ucrania en 2022; el gobierno ucraniano anunció una emisión de bonos de guerra para pagar a los combatientes y otros gastos militares. El 1 de marzo, justo después de que comenzara la invasión, el gobierno ucraniano anunció que había recaudado 270 millones de dólares norteamericanos de un bono a un año con un rendimiento del 11%. El país emitió varias emisiones de bonos sucesivas, recaudando un total de casi mil millones de dólares. Canadá anunció su compromiso con la causa ucraniana mediante la venta de bonos respaldados por el gobierno con un plazo de 5 años para recaudar fondos en su ayuda.

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Los bonos de guerra se pueden vender a un precio inferior a su valor nominal, lo que permite que, inicialmente, los inversores paguen menos y reciban el valor nominal completo al vencimiento. A diferencia de otros bonos que pagan intereses regulares, estos bonos se consideran bonos de cupón cero, ya que no se emiten pagos de intereses anuales o mensuales. En su lugar, los inversores hacen rentable su inversión, en estos casos, mediante la diferencia entre el precio de compra y el valor nominal del bono en el momento del vencimiento.

En Estados Unidos, por ejemplo, también eran conocidos como “baby bonds”, puesto que tenían un valor nominal menor que los bonos estándar, lo que los hacía más asequibles para los inversores minoristas. Además, solo el comprador original del bono podía canjearlo en el futuro, ya que los bonos no eran transferibles. Originalmente, los bonos de guerra tenían un vencimiento de 10 años, lo que resultaba en un rendimiento del 2,9% aproximadamente.

Por ejemplo, un bono de guerra podría ofrecerse por 75 dólares y vencer en 10 años por valor de 100. Esto significaba que los inversores podrían ganar 25 dólares por cada bono comprado en el momento del vencimiento, sin recibir ningún pago de intereses anuales.

En los Estados Unidos, la venta de bonos de guerra fue supervisada por el Comité de Finanzas de Guerra y, al comienzo, estos bonos se conocían como Bonos de Defensa, emitidos en 1917 por primera vez como Bonos de la Libertad, para financiar la participación de los Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial. A través de la venta de estos bonos, el gobierno recaudó 21.500 millones de dólares para sus esfuerzos.

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Después del ataque japonés a Pearl Harbor, el 7 de diciembre de 1941, los Estados Unidos entraron en la Segunda Guerra Mundial y los Bonos de Defensa fueron renombrados como Bonos de Guerra. Más de 80 millones de estadounidenses compraron bonos de guerra y generaron más de 180.000 millones de dólares en ingresos. Los bonos se vendían por el 50% al 75% de su valor nominal y tenían denominaciones que iban desde los 10 hasta los 1000 dólares, dependiendo del año en el que se hubieran emitido.

Además de Estados Unidos, otros países europeos también emitieron bonos de guerra para financiar sus esfuerzos bélicos. Por ejemplo, en el Reino Unido, los Bonos de Defensa Nacional se vendieron desde 1932 y luego se convirtieron en Bonos de Guerra en 1939, después del estallido de la Segunda Guerra Mundial. A través de la oferta de estos bonos, el gobierno británico recaudó fondos para sufragar los gastos necesarios de la guerra.

En Alemania, los llamados “bonos de guerra del Führer” se emitieron en 1939 para financiar la invasión de Polonia y más tarde, en 1941, para financiar la invasión de la Unión Soviética. Estos bonos se vendían al público en general y se promocionaban como una forma de apoyar la guerra y la victoria del Tercer Reich.

En otros países europeos, como Francia y la Unión Soviética, igualmente se emitieron bonos de guerra para recaudar fondos.

Los movimientos independentistas también emitieron bonos de guerra, sin respaldo gubernamental obviamente, para financiar su lucha por la independencia. Estos bonos se vendían al público en general y se promocionan como una forma de apoyar la lucha por la independencia. Por ejemplo, en Kenia, el Movimiento de la Libertad de Kenia (Mau Mau) emitió sus propios bonos de guerra para financiar su lucha por la independencia contra el gobierno colonial británico.

Fuente de la imagen: Sammlung Eybl, Plakatmuseum Wien